Miércoles por la mañana en el Hall del Hotel.
Todos duermen.
Bien todos menos Frau Helga y yo. La intendencia es la intendencia.
Suena “Bad Luck Shadow”, de Johnny Otis. Siempre suena blues en el hilo musical del Hotel. Nunca he encontrado desde donde lo programan.
Huele a productos de limpieza mezclados con aromas humo, fluidos corporales y alcohol, huele bien.
La luz de la mañana se cuela por las vidrieras de la escalera principal y inunda todo el Hall. Parece mentira que tan sólo hace unas horas, éste fuera el escenario de una más de esas bacanales de blues y fiesta que se apoderan cada noche de este establecimiento. Sigo pensando que una sola noche a la semana en antena es poco. Deberían escuchar la que se monta aquí a diario.
Escenas curiosas, como la de Igor hablando de física cuántica con el Tío de América, escenas clásicas, como la de Dragone discutiendo con el Director sobre la conveniencia o no de no llevar pantalones, y escenas nuevas, como la de los hermanos Subirana bailando desenfrenadamente en el centro del hall rodeados de señoritas.
Estos hermanos debutaron el domingo pasado en el programa y han provocado un terremoto entre la audiencia del programa de efectos incalculables hasta el momento.
Ahora el Hotel es otro. Cada día recibe a más y más clientes, y es un público exigente. Quiere más. Quiere calidad. Pero mucha y en diferentes campos. Exigen calidad musical y que el nivel no baje del alcanzado en este arranque de temporada.
Y además quieren mejorar su vida sexual. Los pedidos se amontonan en las agendas de los Subirana y éstos no parece que se preocupen mucho, cómo si estuvieran acostumbrados.
Vaya! Ahora mismo los citados “Fills de la vidua de Subirana”, Cirili y Amadeu, atraviesan el Hall del Hotel y salen por la puerta. Seguramente irán a contactar con los proveedores o a una reunión de la empresa con su querida madre.
A un servidor no le acaban de hacer mucha gracia estos hermanos. Pondré en marcha todos mis recursos y conocimientos, les estudiaré y descubriré cuales son realmente sus intenciones. A mi no me la pegan, éstos quieren algo.
Alguien ha de cuidar de Dragone y el Director, y ese alguien, evidentemente no es Igor.
Por cierto, mañana podrán coincidir con todo el staff del programa en la sala Bikini viendo a Imelda May. Si les ven, no les molesten mucho, se ponen violentos cuando no están en su hábitat, y sobre todo el Director, al que no le sienta nada bien eso de llevar pantalones.
Bien, les he de dejar, he de encargarme de un seguimiento. Mi oscuro trabajo no ha hecho más que empezar.
Hans.
Ah! y el setlist del último programa
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