Después de horas y horas de tirar y tirar con unas tenazas, de atar un hilo de pescar a la puerta principal del Hotel, Igor consiguió arrancar la muela del juicio que tantos problemas estaba dando al Chino.
La hemos embalsamado y está expuesta en la recepción. La muela incorrupta del Chino.
Junto al ojo de Igor, los suspensorios de Hans, la colección de copas de cognac de Dragone y la agenda de teléfonos de mujeres espectaculares y sedientas de placer del director.
En la imagen superior pueden admirar el ejemplar expuesto.
Saludos.
Helga.
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